En un sorprendente giro de eventos, la liberación secreta de Carlos Cartagena López, alias «Charli de IVU», un reconocido líder pandillero salvadoreño, ha desatado una oleada de críticas hacia el gobierno del presidente Nayib Bukele. Charli, emblemático miembro de la facción Revolucionarios del Barrio 18, fue liberado discretamente a pesar de su extenso prontuario criminal, que incluye homicidio y múltiples extorsiones. Según una entrevista difundida por el medio digital El Faro, el pandillero reveló detalles explícitos sobre supuestas colaboraciones entre su pandilla y el actual gobierno, sugiriendo que dichas alianzas fueron cruciales para el ascenso de Bukele al poder.
Las revelaciones llegan en un contexto de extrema tensión, mientras miles permanecen encarcelados bajo condiciones deplorables por el régimen de excepción iniciado en 2022 tras una masacre perpetrada por pandillas. Informes periodísticos han destacado que el gobierno mantenía pactos ocultos con Mara Salvatrucha 13 y Barrio 18, los cuales se rompieron, provocando una violenta reacción por parte de estas organizaciones. Aunque Bukele ha proyectado una imagen de dureza contra el crimen, los testimonios recientes y las investigaciones en curso exponen un trasfondo de negociaciones que cuestionan seriamente la ética y transparencia del liderazgo gubernamental, dejando abierta la discusión sobre el verdadero costo de su administración en términos de derechos humanos y justicia.
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