Con un despliegue impresionante de fuegos artificiales que iluminaron el cielo de la ciudad, Madrid cerró las Fiestas de San Isidro 2025, un evento que durante siete días atrajo tanto a madrileños como a visitantes con una programación diversa y de alta calidad. Organizado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, el festival se caracterizó por un ambiente festivo y una notable participación en todas sus actividades.
Durante la celebración, se ofrecieron 57 conciertos y 24 propuestas enfocadas en promover el Madrid más auténtico y tradicional. Destacaron los talleres de chotis y arreglos florales, actividades que agotaron sus plazas y permitieron a los asistentes conectarse con la historia local. La iniciativa «Chulapeando», en colaboración con la Asociación Creadores de Moda de España (ACME), proporcionó patrones de trajes típicos, impulsando su uso festivo.
Un éxito rotundo fue la segunda edición de los talleres de chotis, a los que asistieron 760 personas. Estos talleres, organizados por la Federación de Grupos Tradicionales Madrileños en el Círculo de Bellas Artes, acercaron este baile típico a tanto locales como turistas. Igualmente, el pasacalle «Bailando por Madrid» congregó 450 personas vestidas de chulapos y chulapas, llenando de música y danza las calles del centro.
La Plaza Mayor se convirtió en un epicentro musical, con aclamadas actuaciones de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid y la compañía Embrujo Flamenco, junto a otros grupos folclóricos participantes en el Festival de Danzas Madrileñas. Asimismo, la fiesta “Vive Dial en San Isidro” de Cadena Dial atrajo multitudes con artistas reconocidos como Antonio Orozco y Huecco.
Los jardines de las Vistillas destacaron por su combinación de tradición y modernidad, brindando espacio al folclore y a nuevas propuestas culturales. La 45ª edición de los Premios Rock Villa de Madrid fue un momento destacado, congregando a cerca de 1.000 inscritos, y finalizó con actuaciones estelares de artistas emergentes y la participación del grupo invitado Guadalupe Plata.
La pradera de San Isidro también se convirtió en un punto de confluencia para todas las edades, con una variada oferta que incluyó teatro, circo, espectáculos de magia y conciertos de artistas como OBK y Los Manolos.
Por su parte, Matadero Madrid resurgió como el núcleo de la verbena tradicional, ofreciendo música en directo y una decoración que evocó el espíritu castizo de Madrid. Con el Teatro de Autómatas de fondo, cinco grandes orquestas mantuvieron el ambiente festivo, convirtiendo el espacio en un lugar de encuentro intergeneracional.
Así, Madrid despidió unas Fiestas de San Isidro que lograron combinar tradición, música y cultura contemporánea, reafirmando el evento como una fecha señalada en el calendario festivo de la ciudad.