El mayor fabricante de semiconductores del mundo, TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), se encuentra en el ojo del huracán tras un nuevo escándalo de seguridad tecnológica. La Fiscalía de Taiwán ha solicitado penas de hasta 14 años de cárcel para tres exempleados de la compañía, acusados de filtrar información crucial sobre su avanzado proceso de fabricación de chips de 2 nanómetros.
El proceso judicial se basa en una investigación que ha revelado no solo un robo de secretos industriales, sino también una trasgresión a la legislación de seguridad nacional del país. TSMC es considerada un pilar estratégico para la economía y la defensa de Taiwán.
En el centro del escándalo se encuentra Chen, un exingeniero de TSMC que, tras dejar la empresa, se unió a Tokyo Electron, un proveedor clave para la fabricación de semiconductores. Según la acusación, Chen persuadió a sus excompañeros para obtener información confidencial con el fin de mejorar las máquinas de grabado de Tokyo Electron, violando los estrictos acuerdos de confidencialidad de TSMC.
La alarma interna de TSMC activó una investigación exhaustiva, resultando en la imputación de Chen y otros dos empleados. Las acusaciones van desde el robo de secretos industriales hasta violaciones de la Ley de Seguridad Nacional, con Chen enfrentando la posibilidad de una condena de hasta 14 años.
Los hallazgos destacan la importancia del proceso de 2 nm, una tecnología que permite una eficiencia energética y densidad de transistores sin precedentes, impulsando aplicaciones críticas para inteligencia artificial y comunicaciones.
El escándalo subraya los riesgos inherentes en cadenas de suministro globales. Aunque no hay pruebas de complicidad por parte de Tokyo Electron, la relación de Chen con la empresa japonesa plantea inquietudes sobre la integridad de una industria interconectada.
Este incidente no solo amenaza con afectar la reputación de TSMC, un socio clave para gigantes tecnológicos como Apple y NVIDIA, sino que también tiene implicaciones geopolíticas, dado el contexto de tensiones entre Taiwán, China y otros actores internacionales.
En última instancia, el caso de la filtración en TSMC podría establecer un precedente importante para la protección legal de secretos industriales en una era donde la innovación está profundamente ligada a la seguridad nacional.
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