James Comey, de 64 años, exdirector del FBI y conocido crítico del expresidente Donald Trump, ha calificado el caso en su contra como «una acusación vengativa y selectiva». Según Comey, las acciones judiciales emprendidas reflejan una clara intención de represalia política, lo que, a su juicio, debería llevar a la anulación de la acusación. En declaraciones recientes, Comey subrayó la importancia de mantener la integridad del sistema judicial y criticó lo que considera un uso indebido del poder para fines personales.
La postura de Comey resalta las continuas tensiones en el ámbito político y judicial en Estados Unidos, donde las acusaciones contra Trump han generado un intenso debate público. Comey, quien ha sido una figura central en diversas investigaciones claves, sostiene que su crítica no es un apoyo a Trump, sino una defensa de la justicia imparcial. La situación sigue desarrollándose en un contexto de polarización, donde muchas voces coinciden en la necesidad de un proceso judicial justo y equilibrado, mientras otras defienden la legitimidad de las acusaciones.
Leer noticia completa en El Mundo.


