Raúl Morodo, exembajador de España en Venezuela, ha sido condenado junto a su hijo por un caso de corrupción que involucra comisiones millonarias obtenidas de la petrolera estatal venezolana. El tribunal determinó que ambos habían ideado un entramado de empresas para justificar asesorías ficticias, que en realidad nunca tuvieron lugar, con el objetivo de recibir pagos millonarios. La sentencia llega tras una larga investigación que desveló el flujo de dinero desde la empresa petrolera hacia cuentas controladas por la familia Morodo. También se han investigado los vínculos y métodos utilizados para ocultar los ingresos ilícitos.
Durante el juicio, la defensa trató de argumentar la legitimidad de los servicios prestados, pero las pruebas presentadas indicaron que no existía ninguna evidencia concreta de trabajos realizados para justificar las sumas recibidas. Las autoridades españolas han estado trabajando en colaboración con entes internacionales para perseguir este tipo de delitos financieros, que no solo afectan a las arcas públicas de Venezuela, sino que también dañan la reputación de implicados y entidades en Europa. El caso Morodo es visto como un ejemplo de los complejos vínculos entre corrupción y política, resaltando la necesidad urgente de medidas más estrictas para evitar que operaciones semejantes ocurran en el futuro.
Leer noticia completa en El Mundo.