En el marco de una investigación judicial en curso, la única testigo clave ha declarado que cambió de teléfono móvil recientemente y ya no conserva los mensajes vinculados al documento que fue filtrado a la prensa. Esta revelación se produjo durante una sesión en la que se espera que aporte detalles cruciales sobre un caso de alto perfil que ha captado la atención pública en los últimos meses. La carencia de estos mensajes vitales podría complicar aún más un caso ya de por sí intrincado, ya que estos textos se consideraban fundamentales para corroborar ciertos aspectos de los testimonios presentados. La testigo ha mantenido que el cambio de dispositivo fue por razones personales y que no existe copia alguna de las comunicaciones previas relacionadas con el caso.
Los abogados que representan a las partes implicadas en el caso han expresado su preocupación por la pérdida de esta evidencia potencialmente crítica, señalando que los mensajes podrían haber arrojado luz sobre la cronología de los eventos y las intenciones de los involucrados. Mientras tanto, las autoridades judiciales continúan explorando otras vías para intentar llenar el vacío de información dejado por la falta de mensajes, lo que incluye el interrogatorio exhaustivo de la testigo en un esfuerzo por reconstruir la narrativa de los acontecimientos. La situación ha provocado un debate sobre la preservación de pruebas digitales y la responsabilidad de los testigos en casos de esta magnitud, subrayando las complejidades crecientes que surgen en la era digital.
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