En una escena teatral marcada por la nostalgia y el legado, el director Josep Maria Mestres ha decidido reunir nuevamente parte del equipo que, hace diecinueve años, presentó «Un matrimoni de Boston». Este montaje original del 2005, caracterizado por su escenografía vívida y el apasionado talento de Anna Lizaran, dejó una huella imborrable en el Espai Lliure. Recordada por su capacidad para elevar cualquier papel, Lizaran interpretó a una de las protagonistas, mientras que Emma Vilarasau y Marta Marco complementaban el trío de mujeres fuertes y complejas. En esta nueva versión en La Villarroel, Vilarasau asume el personaje que una vez fue de Lizaran, Marco el de Vilarasau, y la joven actora Emma Arquillué se integra como la criada escocesa, dando frescura y humor a la obra y dejándonos con la sensación de presenciar una incisiva y humorística obra a lo Oscar Wilde.
Los espectadores son testigo de una escenografía con tono azul turquesa, diseñada por Paco Azorín, y un vestuario fiel a la época del Boston de principios del siglo XX. La traducción catalana de Joan Sellent brilla, evocando la riqueza de la lengua original. Detalles como el uso del mismo collar y perfume que Lizaran usó en 2005 por parte de Vilarasau, capturan la esencia de ese inolvidable estreno. El texto, impregnado del ingenio de Mamet y la audacia de Wilde, ofrece diálogos ingeniosos mientras explora temas de independencia femenina y relaciones románticas entre mujeres que encuentran en su vínculo una liberación del dominio masculino. A pesar de un tercer acto polémico por su extravagancia, la obra entusiasma al público, demostrando una vez más el poder de convocatoria de Vilarasau. La nueva versión promete ser un éxito rotundo en taquilla, asegurando actuaciones adicionales y, posiblemente, una extensa gira teatral.
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