La región de Europa y Asia Central enfrenta un resurgimiento preocupante del sarampión, que alcanza un número histórico de casos no visto en más de 25 años. Según un análisis reciente compartido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, el año 2024 cerró con 127.350 casos registrados en Europa, una cifra que duplica los casos del año anterior y marca el nivel más alto desde 1997.
El doctor Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa, ha señalado la urgencia de aumentar las tasas de vacunación, destacando que el virus del sarampión no puede ser subestimado. Este aumento explosivo de casos ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema sanitario actual, afectando principalmente a niños menores de cinco años, quienes representan más del 40% de los casos.
Con 38 muertes atribuidas al sarampión hasta el 6 de marzo de 2025, el balance se torna cada vez más alarmante. Tras un período en que los casos habían disminuido a un nivel mínimo de 4.440 en 2016, la tendencia se invirtió desde 2018 con un resurgimiento constante. Se notificaron 89.000 casos en 2018 y 106.000 en 2019.
El retroceso en la vacunación, influido por la pandemia de COVID-19, ha sido un factor clave en la reaparición del sarampión desde 2023. Ese año, medio millón de niños en Europa quedaron sin recibir la primera dosis de la vacuna, y varios países aún no alcanzan la cobertura de inmunización previa a la pandemia, aumentando con ello la vulnerabilidad a nuevos brotes.
Rumanía y Kazajstán emergen como focos críticos, reportando 30.692 y 28.147 casos respectivamente. En paralelo, naciones como Bosnia y Herzegovina y Montenegro presentan desafíos adicionales con tasas de vacunación persistentemente bajas, por debajo del 70% y 50%.
El sarampión, una enfermedad característicamente contagiosa, conlleva riesgos serios como hospitalizaciones y muertes, y puede debilitar el sistema inmunológico a largo plazo. Globalmente, se han diagnosticado 359.521 casos en 2024, lo que reafirma su potencial amenaza.
Frente a este escenario, la OMS y UNICEF instan a los gobiernos a intensificar sus respuestas mediante la promoción de campañas de vacunación eficaces, el monitoreo de brotes y el fortalecimiento de los sistemas de salud. Los expertos subrayan que es crucial actuar de inmediato para proteger a las poblaciones vulnerables y garantizar un acceso equitativo a las vacunas, pasos fundamentales para controlar la propagación del sarampión y prevenir crisis similares en el futuro.