Líderes de varios países aliados se desplazaron a Estados Unidos para manifestar su respaldo a Ucrania en el conflicto actual, subrayando su inquebrantable apoyo frente a las hostilidades rusas. Durante las reuniones, los mandatarios enfatizaron la necesidad de seguir proporcionando asistencia militar y económica a Kiev, a pesar de las crecientes presiones para alcanzar una solución pacífica. La situación en el terreno se ha intensificado, aumentando las tensiones internacionales, y posicionando a las naciones aliadas en una encrucijada diplomática y estratégica.
Mientras tanto, la propuesta de una «paz» presentada por Rusia va ganando adeptos en ciertos sectores, a pesar de las preocupaciones sobre su viabilidad y las verdaderas intenciones detrás del planteamiento. Esto ha generado un escenario complejo, donde los líderes occidentales deben equilibrar su apoyo a Ucrania con una apertura a diálogos que podrían mitigar el conflicto. La posibilidad de un acuerdo que favorezca a Moscú crea incógnitas sobre la estabilidad futuro en la región, mientras las diplomacias continúan explorando opciones para alcanzar una solución duradera.
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