Los países de la Unión Europea analizan reducir su dependencia de los minerales importados necesarios para la fabricación de baterías eléctricas, mediante la activación de casi 20 plantas mineras locales. Esta medida busca reducir la dependencia de China en medio de la guerra comercial y potenciar la producción interna de litio, níquel, manganeso y cobalto. Un estudio de Transport & Environment sugiere que, si se concretan estos proyectos, el bloque podría satisfacer el 60% de su demanda de litio para 2030 y hasta el 40% de la demanda de minerales mediante el reciclaje. Aunque existen retos ambientales y burocráticos, esta estrategia podría generar empleo, disminuir la huella de carbono y fortalecer la independencia automovilística europea frente a una agresiva competencia de baterías baratas chinas. T & E también demanda una regulación más estricta sobre la huella de carbono y la aplicación de aranceles a las baterías chinas para incentivar la producción europea.
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