La Unión Europea ha decidido dar un golpe sobre la mesa en la carrera global por el dominio de la inteligencia artificial, anunciando un ambicioso plan para construir una red de centros de datos de alta capacidad especializada en IA. Con una inversión de 30.000 millones de euros, la UE busca crear una infraestructura que pueda rivalizar con las potencias actuales, Estados Unidos y China.
Este proyecto incluye el desarrollo de más de 13 centros de datos en una primera fase, alimentados por más de 100.000 unidades de procesamiento gráfico (GPU) y consumiendo un total de 1 gigavatio de energía eléctrica. Tal infraestructura se convertiría en una de las más poderosas del continente, demostrando el claro interés de Europa en asegurarse una posición destacada en el panorama tecnológico internacional.
El impulso europeo también se ve fortalecido por el ascenso de modelos de IA avanzados como GPT-4o, Gemini y especialmente por el desarrollo de modelos europeos como Magistral de Mistral AI. Estos avances subrayan la necesidad de que Europa fortalezca su soberanía tecnológica y reduzca su dependencia de terceros países.
Comparada con las iniciativas en marcha en otros países, la propuesta europea es notable. Por ejemplo, el proyecto Prometheus de Meta y el clúster Colossus de xAI, aunque imponentes, quedan desafiados por la magnitud de la apuesta europea. Sin embargo, Europa aún enfrenta el reto de obtener la tecnología de chips necesaria, dado que carece de una capacidad de producción propia comparable a la de gigantes como NVIDIA o AMD.
Respecto a la ubicación de los nuevos centros, Múnich se perfila como el primer emplazamiento, aprovechando su pujante ecosistema tecnológico. No obstante, otras ubicaciones, como España, Países Bajos, Francia y los países nórdicos, también están en evaluación debido a su potencial en términos de energía renovable y conectividad.
Un desafío importante será la gestión del consumo energético. Con un requerimiento de 1 GW, la sostenibilidad se convierte en un factor crucial, lo que podría llevar a la UE a colaborar con empresas eléctricas o a invertir en energías renovables.
La iniciativa es más que un simple proyecto tecnológico. Representa un movimiento estratégico hacia la independencia digital de Europa, asegurando que su talento pueda desarrollarse sin depender de infraestructuras ajenas, como las ofrecidas por gigantes como AWS o Google Cloud. Ante un contexto global de escasez de GPU y la necesidad de reclutar talento especializado, la UE deberá afrontar diversos retos para materializar su visión.
Europa ha lanzado el mensaje de que desea ser protagonista en el futuro digital, no un mero espectador. Con esta inversión monumental, la región deja claro que está lista para competir en la vanguardia de la inteligencia artificial a nivel global.
Más información y referencias en Noticias Cloud.
