El panorama político europeo se agita tras la ruptura de los eurodiputados Diego Solier y Nora Junco con el líder de su agrupación, Alvise Pérez. Ambos representantes, que fueron electos bajo la bandera de Se Acabó La Fiesta (SALF), han denunciado enérgicamente el comportamiento «matonista» de Pérez. En un comunicado emitido a través del grupo político de Giorgia Meloni, destacaron que desde el inicio de la legislatura han operado de manera completamente independiente, repudiando cualquier vínculo con acciones que consideran contrarias a sus valores. También criticaron las acusaciones de «difamación, coacción o chantaje» por parte de Pérez, y recalcaron su compromiso con la transparencia y la integridad.
La relación entre los eurodiputados y Pérez se deterioró aún más tras las declaraciones de este último, insinuando sobornos por parte de lobbies armamentísticos. Solier y Junco desmintieron estas alegaciones y subrayaron que tales acusaciones no solo son infundadas, sino que reflejan un estilo de liderazgo antidemocrático. La ruptura ocurre en un momento crítico para Pérez, quien enfrenta múltiples causas judiciales, incluido un reciente proceso abierto por el Tribunal Supremo debido a mensajes contra una fiscal española. Solier y Junco reafirmaron su determinación de servir a sus votantes con honestidad y continuar sus labores en el Parlamento Europeo de manera independiente.
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