La selección de Holanda, dirigida por Ronald Koeman, ha mostrado un rendimiento decepcionante en la Eurocopa, faltando dinamismo y profundidad en su juego, aspectos claves del legado de Johan Cruyff. A pesar de su dominio en posesión y contar con talento individual, el equipo ha demostrado ser incapaz de desmarcar a sus rivales con eficacia. En su reciente partido contra Turquía, que terminó con un marcador de 0-1 en favor del equipo turco, quedó claro que los neerlandeses deberán hacer ajustes significativos si aspiran a avanzar a las semifinales del torneo.
Leer noticia completa en El Pais.