En un esfuerzo por controlar la creciente problemática del mosquito tigre en ciertas áreas de la Comunidad de Madrid, la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior ha anunciado la instalación de cajas para murciélagos en varios municipios afectados. Esta iniciativa busca aprovechar la voracidad natural de estos mamíferos del género Pipistrellus, los cuales pueden llegar a consumir entre 1.000 y 3.000 mosquitos en un solo día.
El mosquito tigre (Aedes albopictus), conocido por sus hábitos diurnos y mayor actividad durante el crepúsculo y el amanecer, representa un reto significativo para la salud pública en regiones rurales y urbanas. Las áreas verdes y ajardinadas se perfilan como espacios idóneos para la colocación de estas cajas, dado que coinciden con los picos de actividad de los murciélagos.
La Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal prevé situar un total de 40 cajas en Rivas Vaciamadrid y Velilla de San Antonio, considerados los municipios más afectados por la plaga, y otras 20 en Aranjuez y Perales de Tajuña, donde se ha detectado también una presencia notable de estos insectos. La selección de los puntos exactos para la colocación se realiza en consulta con la Dirección General de Salud Pública, priorizando áreas reconocidas como conflictivas por la alta concentración de mosquitos.
Las autoridades no solo buscan mitigar el impacto del mosquito tigre, sino que esperan mejorar la convivencia en estos entornos urbanos-rurales. La colocación de las cajas se llevará a cabo teniendo en cuenta factores específicos para cada especie de quiróptero, como la altura, la orientación y la ausencia de obstáculos, asegurando así su ocupación efectiva y sostenible.
Esta acción se enmarca dentro de una estrategia más amplia para promover la biodiversidad y gestionar los recursos naturales de manera eficiente, proporcionando soluciones naturales a problemas causados por el desequilibrio ecológico. En este sentido, la intervención no solo se presenta como una operación inmediata de control de plagas, sino como un paso hacia la integración armónica de la fauna local en el ecosistema urbano.