La Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos (ODNI) ha alertado sobre la persistente injerencia extranjera en las elecciones presidenciales, a menos de un mes de su celebración. La agencia ha señalado que Rusia manifiesta una preferencia por el expresidente Donald Trump, mientras que Irán apoya a la vicepresidenta Kamala Harris, sin que se detecten esfuerzos de China por influir en estas elecciones. Además, la ODNI ha subrayado que actores como Rusia, China y Cuba evalúan el panorama para apoyar o denigrar candidatos en contiendas legislativas, estatales y públicas. Rusia, en concreto, estaría utilizando una red de influencias para oponerse a políticas pro Ucrania, mientras que China enfocaría sus esfuerzos en candidatos que considera amenazan sus intereses, particularmente en lo que respecta a Taiwán.
Las elecciones del 5 de noviembre no solo definirán la presidencia, sino también la renovación de toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. La ODNI ha advertido que, aunque no ha habido intentos de comprometer directamente los sistemas de votación, la injerencia extranjera busca minar la confianza en la democracia estadounidense y exacerbar las divisiones sociales. A pesar de estos esfuerzos, Harris lidera en las encuestas, con una ventaja sobre Trump. No obstante, se anticipa que las campañas de desprestigio continuarán tras los comicios, cuestionando la legitimidad de los resultados. Expertos han señalado que, aunque hackear el sistema electoral estadounidense es complejo debido a su naturaleza descentralizada, la desinformación sigue siendo una estrategia efectiva para sembrar dudas y desconfianza en el proceso democrático.
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