Un hombre recientemente diagnosticado con Parkinson sufrió una agresión que lo dejó herido, requiriendo una operación de urgencia. La víctima relató que el primer puñetazo lo dejó aturdido, experimentando una profunda impotencia y tristeza al no poder reaccionar ante el ataque. La vulnerabilidad causada por su condición médica lo hizo sentir aún más indefenso durante el incidente, aumentando el impacto emocional de la agresión.
La operación se llevó a cabo con éxito, pero el suceso ha dejado una marca significativa en su bienestar psicológico. Este incidente resalta los desafíos adicionales que enfrentan las personas con enfermedades neurodegenerativas, no solo desde el punto de vista médico sino también en términos de seguridad personal. Las autoridades están investigando el caso, buscando a los responsables y asegurando una respuesta adecuada para prevenir futuros ataques dirigidos hacia personas en situaciones de vulnerabilidad.
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