El gobernador de California, Gavin Newsom, ha ordenado desmantelar los campamentos de personas sin hogar en el estado, respaldado por una controvertida sentencia del Supremo de Estados Unidos que permite a las ciudades prohibir a los indigentes dormir en la calle. La medida, que tiene lugar en un contexto de elecciones presidenciales y críticas internas, ha generado debate sobre su efectividad y ética. Aunque Newsom defiende la decisión como una forma de limpiar las calles y hacer que los gobiernos locales proporcionen ayuda, expertos y abogados cuestionan su impacto real y la falta de soluciones de vivienda. En California, uno de cada tres sintecho reside, mientras que el problema de los altos costos de vivienda sigue sin resolverse, exacerbando las condiciones para las personas sin hogar.
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