El despliegue del Sistema Terminal de Defensa de Área a Gran Altitud (THAAD) marca un nuevo recurso en el apoyo militar de Estados Unidos a Israel, en medio de crecientes tensiones con Irán. Este sistema, descrito como uno de los más avanzados en defensa antimisiles del ejército estadounidense, ha sido posicionado en el contexto de una posible represalia israelí tras el reciente lanzamiento de 181 misiles por parte de Teherán. En declaraciones recientes, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró que el THAAD está «en su posición», aunque no precisó su operatividad actual. Estados Unidos, en un intento por evitar una escalada, ha instado a Israel a moderar su respuesta, subrayando su oposición a ofensivas contra instalaciones nucleares iraníes.
Históricamente, Estados Unidos ha mantenido una relación estrecha con Israel, respaldada desde 1948 con significativos acuerdos militares y ayuda económica. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el 69% de las importaciones armamentísticas de Israel provienen de Estados Unidos, incluyendo una financiación militar anual de miles de millones de dólares. La presencia militar estadounidense en Oriente Próximo es vasta, con tropas en diversas bases, destacándose Al Udeid en Qatar, que juega un papel crucial en las operaciones regionales. Este despliegue estratégico busca tanto disuadir amenazas como reforzar alianzas, a pesar de las tensiones políticas y las presiones internas sobre el armamento enviado a Israel.
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