El gobierno de Estados Unidos ha reactivado un arancel del 17% a las exportaciones de tomate provenientes de México, tras cancelar un acuerdo comercial que eximía a los envíos mexicanos de estas tarifas desde 2019. La decisión, anunciada por el secretario de Comercio, Howard Lutnick, responde a acusaciones de prácticas comerciales desleales y dumping por parte de los exportadores mexicanos, según los agricultores estadounidenses. Aunque México había logrado evitar este impuesto a través de acuerdos por más de dos décadas, la medida afecta ahora a una industria que aporta más de 2.800 millones de dólares al año en exportaciones. La política se alinea con la agenda proteccionista del presidente Donald Trump y se aplicará a todos los tomates frescos y refrigerados, salvo aquellos destinados a procesamiento industrial.
Las implicaciones del arancel han generado preocupación en ambos lados de la frontera. Mientras que los agricultores estadounidenses, especialmente en Florida, acusan a México de competencia desleal con precios bajos, las asociaciones agrícolas mexicanas lamentan la ruptura de un acuerdo que, durante 28 años, permitió la modernización y competitividad del sector. Esta situación afecta a más de 500.000 trabajadores en México, concentrados en estados como Sinaloa y Jalisco. A pesar de los desafíos, las exportaciones de tomate mexicano no se han detenido; el año pasado, se enviaron cerca de dos millones de toneladas a Estados Unidos. El impacto de la nueva medida será monitoreado de cerca por ambas naciones, en un contexto de crecientes tensiones comerciales.
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