La atención se centra en el próximo debate electoral entre Kamala Harris y Donald Trump, considerado potencialmente histórico debido a la reciente designación de Harris como candidata demócrata y la falta de familiaridad del público con ella. Mientras estudios indican que los debates rara vez influencian a los votantes decididos, la escasa exposición de Harris podría hacer que este evento sea una excepción. Su equipo pretende contrarrestar la dominante presencia mediática de Trump a pesar de enfrentarse a un formato con micrófonos cerrados para evitar interrupciones. Con los votantes aún explorando las posturas de Harris frente a un Trump ya conocido por sus salidas de tono, este encuentro televisado podría ser decisivo para la imagen pública de la candidata demócrata.
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