Las relaciones entre Estados Unidos y México enfrentan un nuevo desafío en el sector aéreo. La administración de Donald Trump ha esbozado una serie de represalias contra el gobierno mexicano, acusándolo de incumplir acuerdos bilaterales al rescindir horarios de vuelos preestablecidos para aerolíneas estadounidenses y forzar la reubicación de transportistas de carga fuera del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de Ciudad de México. Según el secretario de Transporte de EE.UU., Sean Duffy, de no revertirse estas medidas, podrían bloquearse nuevas solicitudes de vuelos de aerolíneas mexicanas hacia EE.UU. y reconsiderarse la inmunidad antimonopolio de la alianza Delta-Aeroméxico. La falta de ampliación en la capacidad del aeropuerto capitalino, prometida por México desde 2021, agrava la disputa.
El Departamento de Transporte de EE.UU. sostiene que las acciones de México han generado costos significativos para las empresas estadounidenses, alterando el equilibrio competitivo. México, que es el principal socio comercial de Estados Unidos, también ha sido criticado por trasladar operaciones de carga al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, aumentando los costos logísticos. Las tensiones no se limitan al ámbito aéreo, sino que son parte de un escenario de creciente proteccionismo y desconfianza promovido por Trump, que incluye recientes aranceles al acero, partes automotrices y al tomate mexicano. La reacción de las partes involucradas es esperada, mientras la incertidumbre persiste sobre el futuro de la colaboración aerocomercial entre ambos países.
Leer noticia completa en El Pais.