El puente peatonal frente al consulado estadounidense en Ciudad Juárez se ha convertido en un símbolo de esperanza y perseverancia para los migrantes mexicanos. Recientemente, cientos de candados con inscripciones como “Sí se pudo” son colgados por aquellos que han superado los complejos trámites migratorios. Uno de esos casos es el de Raúl Soto, quien celebró la aprobación de la residencia estadounidense para su hijo colocando un candado en el puente, coincidiendo con el cumpleaños del niño.
Esta tradición refleja el anhelo de superar obstáculos en un contexto de políticas migratorias más restrictivas bajo la administración de Donald Trump. Para muchos migrantes, los candados representan un triunfo personal y colectivo, una manera de marcar el inicio de una nueva etapa. Mientras tanto, las autoridades contemplan el reto de gestionar los flujos migratorios en medio de tensiones políticas y la constante demanda de cambios en las políticas de inmigración.
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