Hace tres años, la selección femenina de fútbol de España irrumpió en el panorama deportivo del país, cuestionando la falta de apoyo a su alrededor. El 20 de agosto de 2023, un incidente protagonizado por el entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, al besar sin consentimiento a la jugadora Jenni Hermoso, desató una ola de reacciones diversas, polarizando a la sociedad española. Este evento convirtió a las jugadoras en símbolos de la lucha feminista, generando tanto apoyos incondicionales como recelos dentro del país. Las jugadoras, que ahora compiten en la Eurocopa bajo la dirección de Montse Tomé, han demostrado un notable desempeño al clasificarse para los cuartos de final, pero el debate sobre el apoyo popular persiste.
El incidente no solo impactó la imagen de la selección, sino que también dividió a la opinión pública, como señala Paco Grande, comentarista de TVE. La audiencia de los partidos ha crecido significativamente, quintuplicándose desde el Mundial en Nueva Zelanda, lo que indica un interés creciente. Sin embargo, figuras como Verónica Boquete y expertos en comunicación, como Belén Casas-Mas y Alba Adá Lameiras, apuntan que el suceso ha dividido al público, mostrando tanto un aumento en el apoyo al fútbol femenino como un rechazo hacia el cambio que representa. Pese a los desafíos, la Eurocopa se presenta como una oportunidad para cerrar el ciclo de controversias, aunque España, en su totalidad, aún no respalda completamente a «La Roja».
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