España ha logrado adelantar a Francia en términos de vigor económico, finanzas públicas y percepción de riesgo de inversión, según recientes indicadores económicos. Aunque el tamaño de la economía española no ha superado al francés, el país ha destacado por su crecimiento del PIB y la mejora en su calificación de deuda. Actualmente, la prima de riesgo de España se sitúa en 56 puntos básicos por encima de Alemania, mientras que la de Francia está en 82, reflejando una mejor valoración del mercado hacia la economía española. Esta evolución se refleja en las decisiones de agencias de calificación; por ejemplo, S&P elevó la calificación de España de A a A+, mientras que Francia sufrió un descenso.
El crecimiento notable de España se ha traducido en un aumento significativo de la recaudación fiscal, sostenido por un mercado laboral robusto, estabilidad impositiva y un impulso en el consumo y la inversión. En contraste, el déficit de Francia ha aumentado, en parte debido a las reducciones fiscales impulsadas por la administración de Emmanuel Macron y la inestabilidad política, que ha dificultado la implementación de reformas estructurales. La situación fiscal de ambos países refleja esta divergencia, con la deuda española a la baja en un 101,8%, mientras que la deuda francesa se disparó al 113%, mostrando un cambio en el equilibrio económico europeo.
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