En un emocionante encuentro, el equipo transalpino logró empatar el marcador tras el gol inicial de Jesús. El partido, caracterizado por su intensidad y disputa, mostró a ambos equipos decididos a imponerse en el campo. Sin embargo, fue la escuadra italiana la que, tras igualar el marcador, no bajó la guardia y mantuvo la presión sobre el rival. La figura emergente de Cuñat en la portería fue clave para evitar que el equipo rival concretara su ventaja.
En los minutos finales, los transalpinos intensificaron su ofensiva, llevando a cabo un asedio sistemático sobre la portería adversaria. El guardameta Cuñat se convirtió en un verdadero muro, frustrando uno tras otro los intentos de los italianos por conseguir la victoria. A pesar de las numerosas oportunidades y la insistente presión, el marcador no se movió, dejando a ambos equipos con un empate que reflejó la igualdad y competitividad de un enfrentamiento memorable.
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