En marzo, no solo se da la bienvenida a la primavera en España, sino que también se realiza el cambio anual al horario de verano. Este ajuste, programado para el último fin de semana de marzo, implica adelantar los relojes una hora durante la madrugada del domingo, pasando de las 2:00 a las 3:00 (de la 1:00 a las 2:00 en Canarias). Como resultado, ese día tendrá una duración de 23 horas en lugar de las habituales 24, marcando así el inicio de un periodo en el que los días se sienten más largos y las noches más cortas. Este cambio, que busca maximizar el aprovechamiento de la luz solar, forma parte de una normativa recogida en la Orden PCM/186/2022 y publicada en el Boletín Oficial del Estado, estableciendo las fechas específicas de estos ajustes hasta el año 2026.
El proceso automático de muchos dispositivos electrónicos, como smartphones y ordenadores, facilita la transición al nuevo horario, dejando la tarea manual solo para aparatos analógicos no conectados a internet. No obstante, el cambio horario es un tema de debate en la Unión Europea, donde algunas voces critican su efectividad en términos de ahorro energético y llaman a su eliminación. A pesar de las críticas, actualmente no hay indicios de que las regulaciones vayan a modificarse antes de 2026, ya que las propuestas para abolir el cambio horario continúan sin avanzar. Mientras tanto, los españoles deben prepararse para ajustar sus rutinas a los nuevos horarios diurnos y nocturnos.
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