La reforma fiscal prometida por el Gobierno de España en el marco del Plan de Recuperación sigue sin completarse, a pesar de haber sido considerada finalizada en varias ocasiones por el Ejecutivo. La Comisión Europea espera más modificaciones fiscales, y el Ministerio de Economía intenta justificar que la mejora en la situación económica y presupuestaria desde la redacción inicial del Plan puede ser un argumento para suavizar las exigencias de Bruselas. Este incumplimiento podría afectar el quinto desembolso de fondos del Plan de Recuperación, cuyo pago España espera solicitar antes de que termine el año. Para cumplir este objetivo, el Gobierno busca demostrar que las condiciones económicas actuales, incluidas la recaudación tributaria y el crecimiento del PIB, hacen innecesaria una reforma fiscal de gran alcance.
Durante la reciente reunión de ministros de Finanzas de la Unión Europea, el titular de Economía, Carlos Cuerpo, defendió que la situación económica de España ha mejorado desde 2021, asegurando que los ingresos tributarios han crecido significativamente gracias a la creación de empleo. Además, proyectó que el PIB aumentará un 2,7% este año, con sostenido crecimiento en los próximos años, lo cual podría justificar la concesión de condiciones más flexibles por parte de Bruselas. El Plan de Recuperación original establecía que la reforma fiscal debería entrar en vigor en el primer trimestre de 2023, un plazo que no se cumplió, generando una discusión continua con la Comisión. Estos esfuerzos incluyen reuniones con el comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, buscando que las reformas realizadas, como aquellos impuestos temporales introducidos el año pasado, sean suficientes para cumplir con las expectativas acordadas.
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