En medio de un panorama alentador con una tasa de paro del 10.29% a mediados de 2025, España enfrenta retos significativos en su mercado laboral debido a la alta infrautilización de mano de obra, que alcanza el 20.86%, según datos de la OCDE. Este problema ubica al país en el cuarto puesto entre los miembros de la organización, y primero en la Unión Europea. La cifra refleja el desaprovechamiento laboral, donde una gran proporción de personas que podrían trabajar o aportar más, no lo hacen por diversas razones estructurales. Expertos como Florentino Felgueroso, de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), critican la limitada definición de desempleo y destacan la necesidad de abordar las complejidades del subempleo y la inactividad involuntaria para evidenciar un problema estructural persistente en España.
A pesar de los avances en el empleo con un récord de 22 millones de trabajadores, el país debe confrontar la baja calidad del empleo, especialmente visible en sectores vulnerables como mujeres, inmigrantes y jóvenes, quienes enfrentan contratos precarios y oportunidades limitadas. Loli García, de Comisiones Obreras, subraya la necesidad de un cambio en el modelo productivo hacia sectores con mayor valor añadido y urge mejorar las condiciones laborales. La infrautilización no solo desafía las estadísticas de empleo, sino que refleja una necesidad profunda de reformas estructurales para alcanzar un empleo pleno y digno.
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