El Ejecutivo enfrenta un escenario complicado al cerrar su mandato con problemas significativos de gestión en áreas clave como vivienda y energía. Las promesas de solucionar la crisis habitacional no se han materializado, y el acceso a viviendas asequibles sigue siendo un desafío para muchos ciudadanos, generando crecientes críticas desde la oposición y diversos sectores sociales. Simultáneamente, la gestión energética ha sido cuestionada debido a políticas ineficaces para controlar los precios y promover fuentes renovables, lo que ha dejado al país en una posición vulnerable ante las fluctuaciones del mercado mundial.
El impacto de varios casos de corrupción también ha empañado la imagen del gobierno, debilitando su capacidad para implementar políticas de manera efectiva. Estos escándalos han erosionado la confianza pública y han puesto en evidencia falencias en la transparencia y el manejo de recursos, generando un ambiente de descontento generalizado. A medida que se aproximan las elecciones, la administración se enfrenta al reto de restablecer la confianza y demostrar su compromiso con reformas sustanciales para abordar estos problemas críticos.
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