España enfrenta un fin de semana lleno de festividades marcadas por la celebración de la Asunción de la Virgen, mientras la amenaza de incendios forestales plantea un serio desafío. Con más de siete millones de viajes previstos, las calles se llenan de verbenas y ferias, pero el riesgo de incendios, que ya han afectado 115,000 hectáreas y cobrado tres vidas, impone prudencia. Los ayuntamientos se enfrentan al dilema de mantener las festividades, incluyendo fuegos artificiales, o priorizar la seguridad. En Madrid, por ejemplo, el Ayuntamiento de Rascafría sigue adelante con su programa, pese a las advertencias de organizaciones como Ecologistas en Acción sobre los peligros en áreas naturales.
La situación no es única en Madrid; en toda España, las respuestas varían según la región. En Málaga, la feria comenzó con un espectáculo de drones en lugar de fuegos artificiales, con un fuerte despliegue de seguridad. En Cantabria, eventos como el Festival de Teatro de Calle se adaptaron para evitar el calor extremo. Mientras tanto, en Navarrete, La Rioja, se cancelaron los fuegos, y en Barcelona se implementaron medidas para proteger a la población de la ola de calor. En la Comunidad Valenciana, se promueven alternativas pirotécnicas sin riesgo de incendio. Este complejo panorama exige que los líderes locales tomen decisiones difíciles para equilibrar la tradición con la seguridad.
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