España ha ascendido al quinto puesto en Europa en cuanto a frecuencia de ciberataques a clientes durante la primera mitad de 2025, ubicándose en el decimocuarto lugar a nivel global, según el último informe de Microsoft. En dicho periodo, un 5,4% de los clientes afectados en Europa por actividades maliciosas se encontraron en España, lo que refleja una clara tendencia dominada por motivaciones económicas, como extorsiones y ransomware.
Este fenómeno subraya la importancia de adaptarse a una era donde la identidad se convierte en el nuevo perímetro, acelerado tanto por ataques como por defensas impulsadas por inteligencia artificial (IA).
Analizando el contexto detrás del incremento de los ciberataques, se identifican cinco áreas clave:
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El valor de la información: Los atacantes buscan constantemente robar y monetizar datos como credenciales y propiedad intelectual. La extorsión y el ransomware han sido los métodos más utilizados.
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Identidad, la vulnerabilidad principal: La mayoría de los ataques se centran en contraseñas y credenciales robadas, evidenciando que el acceso no autorizado generalmente comienza con el uso indebido de contraseñas.
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Servicios críticos en la mira: Sectores como sanidad, administraciones y educación son especialmente vulnerables por su tecnología obsoleta y recursos limitados.
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Amenazas de actores estatales: Aunque la delincuencia común sigue siendo predominante, los ciberataques de estados-nación combinan espionaje con fines lucrativos.
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IA como factor multiplicador: Los ciberdelincuentes emplean IA para sofisticar sus ataques, mientras que los defensores utilizan IA para detectar patrones y mejorar sus capacidades de respuesta.
Para las organizaciones que adoptan un enfoque basado en la nube, se destacan varias estrategias esenciales:
- Implementar MFA resistente a phishing: Este método se considera crucial para reducir la mayoría de los accesos no autorizados.
- Proteger y mantener activos expuestos: Es esencial contar con medidas de parcheo y acceso controlado a aplicaciones sensibles.
- Adoptar un enfoque de Zero Trust: Garantizar privilegios mínimos y segmentación efectiva.
- Fortalecer la detección y respuesta ante incidentes: Integrar y unificar la telemetría mientras se preparan planes de respuesta efectivos.
- Asegurar la comunicación y el acceso web: Aumentar la seguridad en filtrado de correos y navegaciones.
- Mejorar la resiliencia en la nube: Implementar backups inmutables y diseño multirregión para mitigar riesgos.
Además, la preparación a través de simulacros y métricas enfocadas en el tiempo de respuesta y la efectividad de las restauraciones es fundamental. La diferencia entre un incidente menor y una crisis significativa radicará en las medidas preventivas implementadas por las organizaciones antes de enfrentar un nuevo desafío.
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