Durante 70 minutos, el equipo rival dominó a los ‘bleus’ con un juego impresionante que dejó a los aficionados extasiados. La ofensiva fue implacable, aprovechando cada oportunidad para aumentar la ventaja en el marcador, lo que puso de manifiesto la destreza y coordinación del conjunto. Los jugadores mostraron una precisión admirable en el campo, neutralizando los intentos de ataque de Francia y consolidando su dominio en el partido.
Sin embargo, en los últimos 20 minutos, la intensidad del encuentro disminuyó, lo que permitió a Kylian Mbappé y su equipo tener un respiro. Con una defensa menos agresiva por parte del equipo dominante, Francia logró acortar distancias en el marcador, haciendo que el resultado final fuera más decoroso. A pesar de este esfuerzo tardío, la superioridad inicial dejó una impresión notoria de la capacidad y talento del equipo contrario, culminando en una noche electrizante para los aficionados al fútbol.
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