España comenzó su participación en el Mundial de balonmano con una contundente victoria de 31-22 sobre Chile en el Unity Arena de Oslo. Este torneo, que se celebra simultáneamente en Dinamarca, Noruega y Croacia, vio a los españoles liderados por el entrenador Jordi Ribera, apostando por una nueva generación de jugadores, que demostraron su capacidad desde el inicio. Aunque Chile comenzó fuerte, aprovechando la precisión de Erwin Feuchtmann en sus tiros y consiguiendo adelantarse en el marcador, España no tardó en reaccionar gracias a la destacada actuación de Imanol Garciandia y Sergey Hernández en la portería. Esteban Salinas y Rodrigo Aedo también se destacaron por los chilenos en los primeros compases, pero la selección española supo contener el reto inicial.
El ingreso de Djordje Cikusa antes del descanso fue clave para reforzar la defensa española, lo que permitió remontar y alcanzar un parcial favorable de 17-13 al término de la primera mitad. La segunda parte consolidó la superioridad española, con una destacada contribución de Ian Tarrafeta y Carlos Álvarez, quienes fueron incisivos en los costados y efectivos al contragolpe. Jordi Ribera supo aprovechar la profundidad de su banquillo, adaptando el juego para maximizar las transiciones y ampliar la ventaja. Pese a un fugaz repunte chileno con la entrada del portero Vicente González, el equipo español mantuvo el control en los minutos finales, asegurando una diferencia cómoda y su primer triunfo del campeonato. Con este resultado, España se posiciona favorablemente en el grupo F de la ronda preliminar, demostrando seriedad y confianza en su camino mundialista.
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