El rey Felipe VI de España, quien tradicionalmente asiste a las ceremonias de toma de posesión de los jefes de Estado en Iberoamérica, no estará presente en el próximo evento de este tipo. La decisión se produce en respuesta a un rechazo explícito a la asistencia del monarca español. La falta de aceptación ha llevado al Gobierno de España a tomar la medida de no participar en la investidura «a ningún nivel», según fuentes oficiales.
La ausencia del jefe del Estado en la ceremonia marca un cambio notable en la relación entre España y la región iberoamericana, donde históricamente la participación del rey ha sido una constante. Este gesto refleja las tensiones diplomáticas y las posibles repercusiones en los lazos bilaterales. Aún no se ha especificado cuál será el impacto a largo plazo de esta decisión, pero subraya un momento sensible en las relaciones internacionales de España con los países de Iberoamérica.
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