El expresidente español Felipe González ha instado recientemente al Gobierno de España a garantizar el regreso seguro de Edmundo González a Venezuela, quien ganó las elecciones presidenciales en dicho país. Felipe González considera que España tiene un deber moral y diplomático de apoyar este retorno, dada la histórica relación entre ambos países y el hecho de que España alberga a cerca de 400,000 venezolanos exiliados. Además, subraya que fue precisamente la intervención española la que facilitó la salida de Edmundo González de Venezuela, eliminando un obstáculo del régimen al poder. Sin embargo, el expresidente ha manifestado su frustración, ya que el actual gobierno, liderado por Pedro Sánchez, no ha tomado las medidas necesarias para facilitar el regreso de González, ni ha reconocido formalmente su victoria electoral.
Esta aparente inacción por parte del gobierno español ha sido interpretada como una incoherencia política, sobre todo cuando se enmarca en las celebraciones nacionales por los «50 años de libertad» en España. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aún no ha reconocido formalmente la victoria de González, lo cual se percibe como una contradicción respecto a los valores democráticos que el Gobierno español afirma promover. Esta situación plantea interrogantes sobre la política exterior española hacia Venezuela y evidencia una posible desconexión entre los ideales proclamados y las acciones tomadas por el actual ejecutivo en relación con la causa venezolana.
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