La mayoría de los fieles católicos han expresado su deseo de un cambio significativo en la postura de la Iglesia en torno a temas controvertidos. En una reciente encuesta, se evidencia que los creyentes abogan por un enfoque más inclusivo y progresista, instando a la Santa Sede a considerar la apertura del sacerdocio a las mujeres y la aceptación de la homosexualidad. Este movimiento hacia el «aperturismo» refleja una creciente presión por actualizar doctrinas que muchos consideran desfasadas y poco representativas de la realidad actual.
Con el objetivo de modernizar la Iglesia, los creyentes buscan que estas reformas promuevan la inclusión y la igualdad dentro de la comunidad católica. La potencial bendición de las uniones homosexuales y la admisión de mujeres al sacerdocio son vistos como pasos esenciales hacia un entorno más equitativo y tolerante. Esta tendencia pone de relieve las tensiones entre las prácticas tradicionales y las demandas de un laicado que desea una institución más acorde con los valores contemporáneos de diversidad e inclusión.
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