En el ámbito académico, diversos estudios están explorando las ventajas comparativas entre la escritura a mano y la máquina, así como la lectura de libros físicos frente a los digitales. Estos estudios sugieren que la práctica de escribir a mano y leer libros impresos puede estar relacionada con una mayor conectividad neuronal. Los defensores de estas prácticas tradicionales argumentan que la participación física y táctil en estas actividades puede reforzar el aprendizaje, la memoria y la comprensión, aspectos críticos en el desarrollo cognitivo.
Además, los investigadores señalan que estas actividades pueden estimular diferentes áreas del cerebro de maneras que las opciones digitales no logran igualar. Mientras que el mundo digital ofrece la ventaja de la velocidad y la conveniencia, el acto de leer un libro físico o escribir a mano parece fomentar procesos cognitivos más profundos. Esta diferencia puede ser significativa en un entorno educativo, donde la comprensión y la retención de la información son cruciales para el éxito académico a largo plazo.
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