Daniel M. F., conocido como «El Ratilla», es un personaje que ha captado la atención de las autoridades por su doble vida, donde el hooliganismo y el racismo se entrelazan con el tráfico de drogas. Su presencia en eventos deportivos no pasaba desapercibida, siendo uno de los líderes más destacados de un grupo de ultras que no solo manifestaba su pasión por los deportes, sino que también fomentaba actitudes de odio y violencia. A través de investigaciones se descubrió que sus actividades estaban lejos de ser un simple pasatiempo; detrás de su apariencia se escondía un entramado más complejo y lucrativo relacionado con el narcotráfico.
Las confrontaciones en las que participaba «El Ratilla» a menudo eran la fachada de operaciones mucho más oscuras. Sus conexiones dentro del mundo del deporte y el crimen le permitían manejar actividades ilegales sin levantar sospechas en un principio. Sin embargo, el aumento de la violencia durante los eventos deportivos y su vinculación con el racismo alertó a las autoridades, que finalmente lograron desenmascarar su red de distribución de drogas. Esta revelación no solo ha sacudido a sus seguidores y al entorno deportivo, sino que también ha puesto en evidencia la preocupante relación entre la violencia en los estadios y el crimen organizado.
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