La reciente escalada de tensiones en Medio Oriente se intensifica con una creciente presión aérea sobre Israel. En las últimas horas, los hutíes de Yemen han lanzado una serie de proyectiles, mientras que desde la Franja de Gaza también se han registrado disparos de cohetes. Estos ataques se suman a un panorama ya complejo en la región, aumentando las preocupaciones sobre un posible conflicto armado más amplio. Las autoridades israelíes han respondido con medidas de defensa reforzadas, intensificando las patrullas aéreas y manteniéndose en alerta máxima ante cualquier nueva amenaza.
La comunidad internacional observa con preocupación estos desarrollos, temiendo que el aumento de hostilidades desestabilice aún más la región. Naciones Unidas y diversos actores diplomáticos han hecho llamados urgentes a la calma, instando a todas las partes involucradas a evitar una escalada que podría tener consecuencias devastadoras. Mientras tanto, los ciudadanos de Israel, Gaza y Yemen enfrentan una creciente incertidumbre, entre el sonido de las sirenas y la constante amenaza de más ataques. Estos eventos subrayan la fragilidad de la paz en una zona históricamente marcada por el conflicto, y el urgente imperativo de buscar una solución duradera y pacífica.
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