En un reciente ataque aéreo en Yemen, los bombardeos estadounidenses han resultado en la trágica muerte de 53 personas, entre las que se encuentran cinco mujeres y dos niños. Este incidente ha intensificado las críticas hacia las operaciones militares estadounidenses en la región, que continúan pese a los llamados internacionales para una solución pacífica al conflicto en Yemen. Este país ha estado inmerso en una guerra civil desde 2014, que ha involucrado a múltiples facciones y potencias extranjeras, y ha provocado una de las peores crisis humanitarias del mundo. Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el alto número de víctimas civiles en estos ataques y han solicitado mayor transparencia y responsabilidad en las acciones militares extranjeras.
El gobierno de Estados Unidos ha afirmado que sus operaciones en Yemen tienen como objetivo principal combatir a células terroristas, incluyendo a al-Qaeda en la Península Arábiga. Sin embargo, los críticos sostienen que estos ataques a menudo causan daños colaterales significativos, exacerbando el sufrimiento de la población civil y complicando aún más la ya frágil situación del país. A raíz de este último bombardeo, se han renovado los llamados a una reevaluación de la estrategia militar estadounidense y un enfoque más centrado en la diplomacia y la ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento del pueblo yemení. Mientras tanto, las víctimas del conflicto buscan justicia y asistencia en medio de la creciente devastación.
Leer noticia completa en El Mundo.