En un clima de tensas relaciones transatlánticas, el canciller alemán ha rechazado categóricamente las acusaciones emitidas por el vicepresidente de Estados Unidos, quien sugirió que Europa estaba alineándose de manera inadecuada en asuntos de política internacional. Durante una conferencia de prensa, el líder alemán enfatizó la importancia de la autonomía de Europa en la toma de decisiones estratégicas y políticas. Subrayó que, aunque la cooperación con Estados Unidos sigue siendo crucial, Europa debe tener la capacidad de actuar de acuerdo a sus propios intereses. Este comentario se produce en medio de crecientes debates sobre la dependencia de Europa respecto a políticas estadounidenses y el deseo de fortalecer una identidad más unificada y autosuficiente en el escenario global.
El canciller apuntó que las relaciones entre Alemania y Estados Unidos se mantienen firmes, pero insistió en que las naciones europeas deben tener la libertad de decidir sobre su propio futuro sin injerencias externas. Este posicionamiento refleja un esfuerzo más amplio dentro de la Unión Europea para consolidar su soberanía colectiva, especialmente en ámbitos como la defensa y la tecnología. Las declaraciones del canciller se han percibido como un llamado a Washington para reconocer y respetar las aspiraciones europeas de independencia en la formación de sus políticas. El desafío actual, tanto para Europa como para sus aliados, radica en encontrar un equilibrio que permita mantener una colaboración estrecha sin comprometer la capacidad de cada bloque para actuar de manera independiente.
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