Desde 2021, Islandia, conocida como la tierra de hielo y fuego, ha registrado 11 erupciones volcánicas al sur de Reikiavik, consolidando su reputación por la intensa actividad geotérmica que caracteriza a la nación insular del Atlántico Norte. Estas erupciones han captado la atención de científicos y turistas por igual, ya que ofrecen un espectáculo natural impresionante y una oportunidad única para estudiar fenómenos geológicos en uno de los países con mayor actividad volcánica del mundo. La más reciente de estas erupciones subraya la interacción dinámica entre las placas tectónicas en la región, generando alertas entre los habitantes locales y las autoridades, quienes deben gestionar tanto la seguridad como el impacto ambiental derivado de estas actividades eruptivas.
A pesar de los desafíos que las erupciones pueden representar, como el riesgo de interrupciones en el tráfico aéreo debido a cenizas volcánicas y posibles desalojos preventivos, el gobierno islandés ha aprovechado para reforzar las medidas de monitoreo y respuesta. Además, estas actividades geotérmicas forman parte integral de la identidad nacional de Islandia y han impulsado el turismo geológico, atrayendo a viajeros interesados en el espectáculo de la naturaleza en su forma más salvaje. Con la más reciente erupción volcánica, Islandia reafirma su lugar como un laboratorio natural de actividad volcánica, donde la naturaleza imponente sigue esculpiendo el paisaje y desafiando a sus habitantes a convivir en armonía con los caprichos de la Tierra.
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