La vitamina C ha ganado protagonismo en la cosmética por sus beneficios, entre los que destacan su capacidad antioxidante y su contribución a la síntesis de colágeno y elastina. Sin embargo, elegir el producto adecuado requiere atención a varios factores críticos.
Según Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour, es esencial fijarse en el porcentaje de vitamina C presente en el producto. Concentraciones menores al 10% pueden resultar ineficaces, ya que no penetran bien en las células. Mireia Fernández de Perricone MD enfatiza que si la vitamina C está al final de la lista de ingredientes, su función puede limitarse a la de un simple conservante.
La estabilidad del producto es otro aspecto relevante. La vitamina C es sensible a la luz y el aire, factores que disminuyen su efectividad. Estefanía Nieto, de Medik8, recomienda envases herméticos para evitar la oxidación. Raquel González, creadora de Byoode, advierte que un cambio de color puede indicar la oxidación del producto.
Revisar el listado de ingredientes también es crucial. La presencia exclusiva de ‘Ascorbic Acid’ podría denotar inestabilidad. Prefiera derivados más estables como el Magnesium Ascorbyl Phosphate, que son menos irritantes.
Comprar en puntos de venta oficiales es indispensable para asegurar calidad. Ofertas excesivamente bajas pueden indicar productos cerca de su fecha de vencimiento. Además, no se debe confiar ciegamente en pruebas caseras circulando en redes, como la reacción de vitamina C con Betadine, ya que no son verificaciones confiables.
Entre los productos recomendados por expertas se encuentran Brightening Sprouts Ecstasy de Byoode y C-Tetra Advanced de Medik8. Estas opciones, con fórmulas estabilizadas, no solo ofrecen beneficios visibles, sino que también protegen la piel del envejecimiento prematuro.