El FC Barcelona, bajo la dirección de Flick, atraviesa un periodo de incertidumbre en su rendimiento, caracterizado por una mezcla de resultados y un juego inconsistentes. A pesar de victorias alentadoras, como la obtenida contra el Elche, el equipo también ha enfrentado derrotas preocupantes en encuentros cruciales como el clásico. En su reciente partido contra Brujas, el Barça logró apenas un empate, dejando en evidencia las dificultades defensivas y una falta de cohesión en su estrategia. Las constantes lesiones, que suman 13 esta temporada, han mermado el rendimiento del equipo, y las discrepancias entre el personal médico y los fisioterapeutas complican aún más la situación. A pesar del regreso de figuras como Lewandowski y Olmo, el equipo sigue dependiendo de los destellos de talento de Lamine Yamal, quien, aunque mostró mejoría tras su lesión, no logró revertir el destino del encuentro.
El problema radica en un ataque descoordinado que afecta la defensa de los azulgranas, dejando a Flick sin soluciones concretas incluso después de extensas sesiones de entrenamiento. La presión y las vigilancias defensivas son puntos críticos que jugadores como De Jong y Eric García señalan como áreas urgentes de mejora. La falta de coordinación en la delantera, comparada negativamente con la temporada anterior, se suma a los retos del equipo. A pesar de la incorporación de Yamal y su habilidad para jugar en la banda derecha, el impacto no fue suficiente para asegurar una victoria. Los intentos de Lewandowski, tras su regreso de una lesión, no lograron materializarse en un cambio positivo, dejando a Barcelona en busca de una solución integral a su crisis actual.
Leer noticia completa en El Pais.


