Con el inicio de un año nuevo, muchas personas se proponen retomar hábitos saludables tras los excesos de las festividades navideñas. Sin embargo, según la nutricionista Oihane Fuertes, del Hospital Quirónsalud Vitoria, no es necesario recurrir a medidas drásticas. La clave, dice, radica en encontrar un equilibrio gradual que evite los cambios extremos y las dietas restrictivas.
Fuertes asegura que los excesos durante las festividades no deben ser motivo de alarma, ya que estas prácticas constituyen menos del 5% del año. La importancia radica en recuperar hábitos beneficiosos sin caer en restricciones que pueden terminar siendo contraproducentes.
Para volver a encarrilar una dieta equilibrada, Fuertes aconseja adoptar un enfoque integral, poniendo especial atención en la nutrición, la actividad física y el descanso adecuado. Recomienda escoger una actividad física que realmente apasione a la persona, asegurando así su continuidad en el tiempo. En cuanto a la alimentación, sugiere reorganizar los platos, dando preferencia a las proteínas y las verduras. Un ejemplo de un platillo balanceado podría incluir pollo a la plancha acompañado de brócoli cocido.
Los expertos advierten sobre las dietas rápidas y restrictivas, que no solo no resultan efectivas a largo plazo, sino que podrían dañar nuestra relación con la comida. Estos regímenes suelen provocar una sensación de privación, lo que transforma ciertos alimentos en recompensas, dificultando la consecución de una dieta equilibrada.
La planificación se posiciona como un factor crucial para retomar una rutina saludable. Destinar un día de la semana, como el domingo, a organizar el menú semanal y a realizar las compras necesarias, puede facilitar seguir una dieta variada y balanceada mientras se evita el desperdicio de alimentos. Variedad es la palabra clave: un menú que incluya lentejas una semana puede alternarse con garbanzos o alubias la siguiente, siempre acompañado de diferentes verduras.
En este proceso de vuelta a la normalidad, se recomienda priorizar el consumo de alimentos que ayuden a controlar el apetito. Fuertes destaca que las proteínas son el nutriente más saciante y deben tener un lugar destacado en nuestra alimentación. Entre las fuentes recomendadas se encuentran carnes magras como el pollo y el pavo, pescados, huevos, y opciones vegetales como las legumbres, los frutos secos y las semillas.
En conclusión, disfrutar de todos los alimentos con moderación, sin caer en dietas estrictas, genera un enfoque más saludable y sostenible para comenzar el año con el pie derecho. La nutrición balanceada, junto a hábitos de vida activos y planificados, marca el camino hacia el bienestar a largo plazo.