En una tarde taurina en Madrid, un torero sufrió una terrible voltereta que le fracturó la clavícula, pero logró arrancar una oreja en un gesto de valentía. Alejandro Talavante se presentó por cuarta vez en la plaza sin lograr destacar, en una corrida marcada por la decepcionante actuación de los toros de la ganadería Jandilla, de los cuales solo dos ofrecieron alguna posibilidad entre una serie de dificultades.
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