El enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, arribó a Moscú en un intento por suavizar las tensiones antes del inminente vencimiento del ultimátum impuesto por el presidente Donald Trump a Rusia. Este ultimátum exige el cese de la guerra en Ucrania bajo amenaza de sufrir sanciones económicas devastadoras. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha mostrado escepticismo ante las posibles sanciones adicionales de Estados Unidos, ya que cree que sus objetivos militares en Ucrania son prioritarios. La reunión entre Witkoff y Putin, precedida por un encuentro informal con Kiril Dmítriev, se inscribe en un contexto de frustración por parte de Trump, quien ha advertido que castigará severamente a Rusia y sus socios comerciales si no se alcanza un acuerdo.
Witkoff, quien no cuenta con experiencia diplomática y se encuentra lidiando simultáneamente con otras crisis globales, ha sido objeto de críticas por su habilidad para negociar frente a un veterano líder como Putin. El panorama se complica, ya que los esfuerzos de Trump por aumentar la presión sobre Rusia incluyen la amenaza de mayores sanciones a países grandes compradores de petróleo ruso, como India. En el entorno del Kremlin, se considera poco probable que Putin ceda al ultimátum estadounidense. Sin embargo, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, indicó que una reunión entre Putin y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski podría tener lugar si previamente se llevan a cabo negociaciones entre sus expertos, marcando un posible cambio en el tono del Kremlin.
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