Un nuevo estudio ha revelado que más que centrarse en la frecuencia o duración del ejercicio físico, el foco debe estar en la intensidad del mismo. Los investigadores sugieren que aumentar el esfuerzo durante los entrenamientos puede tener un impacto significativo en la longevidad. Dichas conclusiones desafían las recomendaciones convencionales sobre el ejercicio, las cuales se enfocan principalmente en la regularidad y el tiempo dedicado a la actividad física. En lugar de preocuparse por cuántas veces a la semana se va al gimnasio o por cuántos minutos se dedica a una rutina específica, este nuevo enfoque sugiere que se deberá poner más énfasis en la intensidad y la calidad del ejercicio.
Los hallazgos de estas investigaciones podrían cambiar la manera en que entendemos un estilo de vida saludable y promueven la idea de que un esfuerzo adicional puede llevarnos a vivir más, retrasando el envejecimiento de manera efectiva. Este paradigma invita a los entusiastas del fitness a replantearse sus hábitos y a aquellos menos activos, a considerar la posibilidad de empezar su rutina con un nivel de intensidad más alto. Estos resultados también ofrecen un argumento nuevo para políticas de salud pública que podrían centrarse en fomentar programas de ejercicio más vigorosos en lugar de solo aumentar la cantidad de actividad física semanal recomendada.
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