La oscuridad y la falta de electricidad se han convertido en temas recurrentes en la literatura de ciencia ficción y terror, mostrando su capacidad para generar escenarios apocalípticos y distópicos. Esta idea se explora profundamente en obras como «La carretera» de Cormac McCarthy, donde la relación entre un padre y su hijo emerge como la única fuente de luz en un mundo devastado por el canibalismo y la desesperación. La narrativa minimalista de McCarthy enfatiza el desasosiego y la pérdida de un mundo conocido. Del mismo modo, Stephen King en «El mòbil» retrata un mundo donde una señal telefónica convierte a la humanidad en criaturas agresivas, ilustrando los miedos asociados a la tecnología en una era previa al auge del smartphone.
En una línea similar, «El Día de los Trífidos» de John Wyndham y «Soc Llegenda» de Richard Matheson presentan visiones post-apocalípticas donde la humanidad lidia con las consecuencias de perder electricidad. La novela de Wyndham combina una ceguera masiva con una invasión de plantas carnívoras, mientras que Matheson describe un mundo asediado por vampiros debido a una pandemia. Ambas obras, esenciales en los planes de educación de ciencia ficción en Cataluña y el Reino Unido, reflejan la crítica de Brian Aldiss sobre las «catástrofes confortables», donde un reducido grupo de supervivientes encuentra formas de revivir y mejorar la sociedad más allá de sus limitaciones previas, desafiando las restricciones de la civilización tecnológica.
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