El abandono de Javier de «Gran Hermano» fue el resultado directo de la petición de su esposa, Vanessa, después de que ella fuese expulsada en la más reciente gala del reality. Durante el debate, Javier expresó a Ion Aramendi, el presentador, que no lamentaba su salida: «No me da pena haberme ido», afirmó. Ion Aramendi, quien comentó la dificultad de entender por qué Javier dejó su sueño por la solicitud de su esposa, recibió una respuesta inesperada. Javier explicó que participar en el reality siempre fue su sueño, aunque inicialmente fue Vanessa quien lo alentó a unirse al casting.
En la entrevista, la conversación se tornó más personal cuando Aramendi confrontó a Javier sobre la necesidad de su esposa, comparando la situación con su propia experiencia de necesitar equilibrio en la vida profesional y personal. Aramendi añadió que, a pesar de las necesidades personales, él seguía presente en su trabajo. La dinámica de la pareja también salió a relucir al mostrarse clips de las discusiones entre Javier y Vanessa, en las que incluso se mencionó el divorcio. Javier minimizó estos momentos, calificándolos como arrebatos emocionales. En respuesta a comentarios sobre dependencia emocional, Javier insistió en que simplemente era un momento de necesidad para Vanessa y no una cuestión de dependencia.
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